Puede que escuches frecuentemente frases como: “Pensaba que lo había visto todo” o “Todos los días se aprende algo nuevo…”. Este fue nuestro caso al enterarnos de la existencia de un cementerio en el que no se despide a seres queridos, sino a obras de arte, por lo que puede que sueltes alguna carcajada en vez de una lágrima.
Desde luego, seguro que te va a fascinar esta interesante iniciativa llevada a cabo en el corazón del Campo Charro; en la provincia de Salamanca, España. Que no te suene tétrico o extraño… Este cementerio de arte es en realidad una propuesta divertida, surrealista y, cuanto menos, curiosa.
¿Cómo nace el Cementerio de Arte?
Se inauguró en el año 2005 a las afueras de Morille, una pequeña localidad de pocos cientos de habitantes situada a unos 18 kilómetros de Salamanca.
En este municipio, se ha consagrado al arte como medio para prosperar y dinamizar su entorno. Aquí, los artistas Domingo Sánchez Blanco y Javier Utray, plantearon fundar un curioso cementerio dedicado al enterramiento de obras de arte.
Por alocada que parezca la iniciativa, estos artistas se basaron en algunos planteamientos del filósofo alemán Theodor Adorno. Según observó Adorno, entre el museo y el mausoleo existe una relación que va más allá de la similitud fonética, siendo para él los museos “auténticos sepulcros familiares de las obras de arte”. De esta forma, según Adorno, un museo “describe objetos con los que el observador ya no tiene una relación vital y que están en proceso de extinción”, algo muy similar a lo que sucede en un cementerio. En otras palabras, podría decirse que los museos cumplen con el intento de hacer que algo permanezca en el tiempo (un intento, por cierto, que para este filósofo es algo engreído). ¿A ti qué te parece todo esto? Déjanos tu opinión al respecto en los comentarios.
En cualquier caso, lo cierto es que Domingo Sánchez Blanco y Javier Utray decidieron llevar al extremo esta idea de “museo como sepulcro familiar” a la hora de dar forma al Cementerio de Arte de Morille. Y es que este museo es literalmente un cementerio de arte. No pueden verse muchas de sus obras, ya que están sepultadas, y lo que queda a la vista, en algunos casos, es simplemente la lápida, en la que se coloca el nombre de la obra y el autor.
El espectador debe imaginarse qué es lo que está bajo sus pies y no es, hasta el final del recorrido, cuando el museo va adquiriendo sentido…
Ayuntamiento de Morille, una localidad pequeña pero con una gran vida cultural…
Obras que puedes encontrar sepultadas
El primer enterramiento es el único que podría encajar dentro de la concepción tradicional de cementerio; este lugar se destinó a acoger las cenizas del filósofo y artista francés Pierre Klossovski. Entre el resto de propuestas, destacan algunos objetos y elementos de lo más sorprendentes…
Por ejemplo, puedes encontrar en este cementerio un coche sepultado (se trata de un Pontiac Grand Prix, propiedad de Javier Utray). También hay un piano que fue tocado por el artista y compositor Juan Hidalgo, mientras el instrumento estaba siendo enterrado, para así preservar, de algún modo, la última melodía que este instrumento producía.
Como puedes ver, este cementerio de arte no pretender ser, simplemente, un depósito de obras enterradas, sino que se ha prestado mucha atención a la performance desarrollada durante todo el montaje y en cada sepultura. Otros grandes artistas como Isidoro Valcárcel, Fernando Arrabal, José Luis Coomonte y Germán Coppini han participado de algún modo en esta iniciativa.
¿Cuál es el fin del Cementerio de Arte?
El objetivo de la iniciativa del cementerio de arte es enterrar piezas con reconocido valor artístico y muy vinculadas con el arte de vanguardia. Como te decimos, la propuesta tiene como premisa hacer de cada soterramiento una performance, por lo que cada entierro es un proceso tan importante como el resultado de la obra sepultada.
Para algunos se trata de un “museo-mausoleo”, un “museo cóncavo” o un “depósito permanente de arte”. Esta pluralidad de percepciones hace que se discuta su naturaleza y función social y, al final, toda idea que despierte cierto debate siempre es interesante.
Desde luego, mientras preparábamos este artículo nos han dado muchas ganas de hacer una parada en Morille en nuestra próxima visita a Salamanca… Y tú, ¿lo visitarías si tuvieses la oportunidad? ¿Conocías ya este sorprendente cementerio? ¿Qué te parece esta asombrosa idea?