Barnices Para Acrílico, Cuándo y Cómo Utilizarlos

¡Hola, Artenauta! Hoy te hablamos de un producto que puede resultarnos de gran utilidad cuando trabajamos con pintura acrílica: el barniz.

El uso de barniz como acabado final para nuestras obras, no solo ayuda a protegerlas de los agentes externos como la luz, la humedad o el polvo, sino que también permite igualar brillos y saturar tonos.

En el caso del acrílico, el uso de barniz resulta especialmente interesante por tratarse de un tipo de pintura con un acabado algo “pegajoso”, lo que facilita que se acumule y adhiera el polvo; de hecho, los conservadores de los grandes museos se encuentran con dificultades a la hora de eliminar el polvo almacenado en algunas de las obras en acrílico realizadas durante la década de los 60.

El barniz debe ser removible, para facilitar futuras restauraciones de nuestra obra. El barniz acaba amarilleando con el paso del tiempo, por lo que habrá que retirarlo y aplicar una nueva capa.

Tipos de barniz para pintura acrílica

• Barniz con base de agua: podemos encontrarlo con acabado en brillo, satinado y mate. Se puede limpiar con agua y es removible con amoniaco.
• Barniz con base de solvente: podemos utilizarlos para trabajar no sólo con acrílico, sino también con pintura al óleo. Esta variedad es menos porosa que el barniz con base de agua, lo que dificultará en mayor medida que nuestra obra acumule suciedad y polvo. Por lo general, suelen ser barnices más brillantes, transparentes y resistentes que los barnices con base de agua.

Cómo aplicar el barniz para pintura acrílica

1. Una vez esté completamente seca nuestra obra (puede tardar meses desde su finalización, en función de cómo esté realizada la obra y las condiciones climatológicas), aplicamos el barniz. Podemos encontrarlo de distintos tipos:
   1. Barniz con base de agua: mezclamos barniz y agua, siguiendo las instrucciones especificadas por el fabricante en la etiqueta.
   2. Barniz con base de solvente: no debemos mezclarlo nunca con agua. Seguiremos las instrucciones impresas en la etiqueta.
2. Siempre debemos escoger un barniz de buena calidad; de lo contrario podemos estropear nuestra obra.
3. Fabricaremos más mezcla de barniz de la que en principio pensamos que vamos a necesitar, para asegurarnos de que barnizamos la obra en una sola sesión. La mezcla sobrante podemos guardarla en un bote con tapa y nos aguantará varios días.
4. Para realizar la mezcla de barniz, utilizaremos un bote o vaso distintos del que habitualmente utilizamos para pintar, ya que, aunque a simple vista no lo percibamos, pueden quedar partículas de pintura que enturbien el resultado final.
5. Antes de verter el barniz, limpiaremos bien el recipiente con agua para eliminar posibles restos de polvo.
6. Es muy importante que la obra esté libre de suciedad y polvo antes de barnizar; en caso contrario podemos experimentar efectos indeseados.
7. Es primordial utilizar brochas de calidad o rodillos de esponja para aplicar el barniz. Recuerda que las de baja calidad pueden provocar efectos indeseados como la pérdida de pelo.
8. Es muy importante que respetemos los tiempos de secado para evitar craquelados, utilizando para ello una zona oscura (sin luz directa) y sin humedad.
9. Una idea interesante puede ser aplicar una capa de aislamiento antes de barnizar, pero recuerda que el agente aislante es permanente (no podremos removerlo después).

Esperamos que esta entrada te haya resultado interesante y te haya ayudado a conocer un poco mejor a la pintura acrílica y, como siempre, te invitamos a trabajar, experimentar y crear para dejar salir al artista que llevas dentro.

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